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martes, 28 de diciembre de 2010

Misfits

Las series inglesas pueden ser caracterizadas por dos cosas: su extraña estructura de muchas temporadas de pocos capítulos y cómo te sorprenden cuando tu cerebro mal acostumbrado a la basura de Hollywood se alegra de encontrar material novedoso y original. Uno de estos grandes descubrimientos es Misfits, serie inglesa y actual (la primera temporada es de 2009) con uno de los guiones más originales con los que me he topado nunca.
Y eso que el concepto parece a simple vista uno de los más trillados. Grupo de jóvenes adolescentes que reciben superpoderes tras una tormenta eléctrica... hasta aquí un tópico más que en manos yankees caería pronto en el repetitivo vómito del aburrimiento. Pero Misfits se desenvuelve de forma original y vibrante y sobre todo, poco correcta.



Un grupo de jóvenes descarriados, fruto de una sociedad descarnada, sin metas ni objetivos en la vida, terminan por un motivo u otro en el servicio comunitario de su ciudad para pagar las faltas que cometieron. Una tormenta eléctrica los hará víctimas de unos sorprendentes poderes que los harán únicos... o quizá no tanto, pues pronto descubrirán que la tormenta también ha afectado a un gran número de vecinos del barrio, entre ellos su agente del servicio comunitario. Este, con la habilidad de convertirse en berserk al enfadarse, perderá el control de su poder ante las putadas y malos modos del grupo de Misfits e intentará matarlos. En defensa propia, el grupo lo mata, dejándolos marginados y desocupados, sin dinero, suerte ni amor... y con unos superpoderes que les amargan y el peso de un asesinato que esconder sobre sus hombros. 


Nathan (Robert Sheehan) es un tipo hiperactivo, con déficit de atención y... sumamente hostiable. Repulsivo y desagradable, según sus propias palabras nunca ha sido capaz de hacer nada recto en su vida. Marcado por la separación de sus padres, parece intentar sobresalir con una actitud grosera y supuestamente, extrovertida. Detestado por todos, su madre termina echándolo de casa y se aloja en el centro de servicios a la comunidad. Al principio de la serie tanto su poder como su falta son desconocidos.


Kelly (Lauren Socha) es una chica barriobajera, sin el más mínimo interés o idea sobre qué hacer con su vida. Entre lo poco que cuida de su aspecto y su marcado acento que convierte sus palabras en galimatías incomprensibles, hacen que poca gente se le acerque con amabilidad. Ella es claramente consciente de ello, por lo que suele actuar con agresividad; fue condenada a los servicios a la comunidad por meterse en una pelea con una chica de su barrio. Sin embargo a lo largo de la serie se desvela como un perro ladrador y (no) poco mordedor que se preocupa por sus amigos.
Tras la tormenta eléctrica es capaz de leer mentes, lo que le permitió enterarse de los planes homicidas del agente de la condicional, así como los de su novio e incluso los de su perro.


Curtis (Nathan Stewart-Jarret) era un deportista, un atleta juvenil con una carrera brillante por venir... hasta que cayó en las drogas. De origen humilde, el mundo de la fama fue demasiado para él y terminó arrastrando a su novia a la cárcel y arruinando su prometedora carrera por consumir drogas. 
Tras la tormenta eléctrica descubrió que era capaz de hacer retroceder el tiempo... pero siempre y cuando se sintiera culpable o mal por lo sucedido, lo que lo limita mucho al no poder disponer de su poder en todo momento. 


Todos conocemos a (o somos) un Simon (Iwan Rheon). El típico chico rarito que no habla con nadie, lee comics y se pasa las horas metido en Internet. Abandonado y apartado por todos, a pesar de tener apoyo familiar, estar estudiando y ciertos ideales muy bien marcados (fruto de los comics de superhéroes), la exclusión social y el acoso de algunos de sus compañeros lo llevaron a intentar quemar la casa de uno de ellos, terminando así con el resto de Misfits. Un personaje lleno de claroscuros que parece mostrarnos a veces a un descarnado psicópata y otras a un joven asustado y muy tierno, que solo intenta vivir su vida lo mejor que puede y encontrar su lugar entre los demás. 
Recibirá la habilidad de volverse invisible, algo muy acorde con su personalidad. Sin embargo, aunque termine controlando su habilidad mejor que ninguno de sus compañeros, conforme avanza la serie irá descubriendo que ya no le hace falta desaparecer del mundo...


Alisha (Antonia Thomas) es joven, es guapa, sexy, atrevida y dispuesta vivir todo lo que pueda antes de envejecer o morir. Saltando de fiesta en fiesta, sin nada más en la cabeza (salvos chicos, muchos chicos) termina dando con sus huesos en el servicio comunitario al ser pillada robando un coche. Pero este no será el menor de sus problemas, pues recibirá el poder de poner cachondo a todo aquel que la toque. Poder que aunque puede sonar muy bien termina siendo un auténtico problema para mantener cualquier tipo de relación pues todo aquel que toque pierde toda noción de sí mismo. 


En resumidas cuentas, Misfits es una serie realmente de calidad, pero muy difícil de llevar a la pequeña pantalla por ser de todos menos políticamente correcta. Se nos plantea de forma objetiva lo más descarnado de la sociedad actual, una generación rota ... ahora con superpoderes.
L
as muertes se suceden una detrás de otra, algo natural en un barrio lleno de supertíos, no la fiesta eterna que son los comics de Marvel y DC, con tipos nucleares a la vuelta de la esquina y sin una sola baja.
Las escenas de sexo explícito llegan al punto de ser desagradables (gentileza de Nathan, por supuesto) y no hay censura verbal posible. Nos vemos envueltos en los dialectos de la sociedad más baja de la Inglaterra actual, lo que hace imprescindible que la veamos con subtítulos, a menos que tengas el oído hecho a la jerga marinera de Brocklyn. 
Además, la trama es, gracias a la ausencia total de tabúes, sencillamente trepidante. No hay buenos, ni moral alguna. Simplemente cosas que se hacen cuando todo se te escapa y no tienes control sobre nada. Decisiones malas y egoístas, reñidas con otras de una ternura impresionante, hacen que sea una serie agridulce. Aunque tenga un corte humorístico, la melancolía de la fragilidad humana está siempre presente. 


Sin lugar a dudas una serie altamente recomendable; daos prisa pues ya van por la segunda temporada, impecable como la primera, aunque se le pueden reprochar algunos fallos de guión demasiado apresurado en el capítulo final. Dos temporadas de seis capítulos de unos 45 minutos cada una, que se hacen cortos por muchos que veas. Sólo disponible en inglés con subtítulos, y de dificil traducción a otros idiomas, lo cual en cierto modo, se agradece.
Por si fuera poco, dispone de una impecable página web, que incluye juegos, tests y mucha información e imágenes interesantes: http://www.e4.com/misfits/




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