Etiquetas

martes, 31 de agosto de 2010

Heilig (I)

I:

Para Garbi, sagrada eran las palabras de su padre, por la sabiduría que le daba su edad y por la potestad que tenía como padre de familia. Sagrado, era también el Gran Lago en el que su pueblo veneraba a su Diosa. Y sagradas eran también las palabras de su abuelo, sabio en edad como su padre, que hilaba las palabras que conducían a sueños y leyendas, historias del ayer, historias del presente y otras que no ocurrieron nunca.
Una noche, volviendo a casa Garbi contó estos pensamientos a su familia. Tras pronunciar algunas palabras que no venían a significar nada, salvo un "si, te hemos oído", la familia siguió hablando de la despensa nueva que habría que construir, con qué dinero iban a comprar los materiales y al fin al cabo quien iba a levantarla. Garbi se quedó un poco atrás. El abuelo dijo que esa noche contaría un cuento que había recordado por las palabras de Garbi. Sonrió y el también se fue.
- ¿Estás segura, de que solo eso es lo que es sagrado?
Garbi miró a Gert, su hermano. Él también era sagrado para ella, pero a su manera.
Te has dejado lo más importante – el joven cogió la mano de Garbi y la colocó sobre su pecho – Esto. Lo de aquí adentro, esto, es lo más sagrado.

Heilig ist mein Geist der in mir flieβt
Sagrado es mi espíritu que fluye en mi.

Garbi comprendió lo que su hermano quería decirle. Bueno, quizá solo a medias. Primero pensó que se trataba de su cuerpo, que había que cuidarlo y respetarlo. Después, pensó que su hermano quería decirle que ella también era sagrada para él. Finalmente lo comprendió.
Cuando se alzó la primera lanza, todas las demás la siguieron. Garbi no sabía quienes eran los que vivían al otro lado del Gran Lago, y apostaba que Gert tampoco. Pero los "otros" habían empezado a construir casas en su orilla del Lago, e incluso sobre El. Después empezaron a cazar patos y otras aves utilizando reclamos mejores que los suyos. Un grupo de hombres del pueblo de Garbi cruzaron el Lago, tras ofrecer presentes a El, y quemaron las cabañas de los "otros". Unas semanas más tarde, ardieron algunas casas del pueblo de Garbi y desaparecieron algunos animales. Pronto, la forja temblaba como un volcán mientras creaba nuevas armas y se afilaban las viejas. Gert y su padre cogieron las armas y fueron a matar a los "otros". Todo el pueblo iba con ellos.
Garbi vio como el Lago rezumaba fuego y sobre el agua negra de la noche, creyó verla teñida de la sangre de los hombres. En brazos de su madre, su hermano más pequeño lloraba.
¿Por qué van los hombres a la guerra?- Porque amenazaron lo que era sagrado para ellos.

Heilig ist mein Krieg der Blut vergieβt
Sagrada es mi guerra que derrama la sangre

Los hombres volvieron sangrantes y aullando victoria y derrota por igual. Los "otros" se alejaron del Lago, pero volvieron dos estaciones más tarde. Con ellos venía el "otro" Señor, al que los "otros" rendían pleitesía y daban parte de sus bienes. A cambio de protección. El "otro" Señor cruzó el Lago con su ejercito y el pueblo de Garbi ardió.
La pequeña caravana formada por los vecinos y la mermada familia de Garbi avanzaba intranquila. Avisarían a su Señor, el verdadero, el que debería mandar sobre todos los "otros". Garbi pensó que sin duda ellos serían sagrados para su Señor, y vendría a ayudarlos.

Para el Señor, sagradas eran sus tierras, sagrado era su honor y sagrada era su ambición. Todo aquello fue dañado por lo que el Señor convocó su Ejercito. Lo que quedaba de la familia y el pueblo de Garbi se quedó en el Castillo del Señor. El Ejercito arrasaría los “otros” pueblos y atacaría el “otro” Castillo donde se ocultaba el “otro” Señor. Gert se fue con ellos.

La tierra tembló y el cielo tronó. Las puertas cayeron y ellos entraron. Quemaron, mataron y entonces, cuando no quedó nada salvo gritos y sangre, Garbi despertó. El alivio duró poco, pues el clamor de la batalla estaba allí, junto al Castillo. Garbi corrió hacia afuera para ver que su sueño estaba allí, justo a las puertas del Castillo. A lo lejos, las hogueras mostraban el camino que había seguido la Muerte hasta ellos.

Roter Regen auf die Welt¡
¡Lluvia roja sobre la tierra¡


Licencia de Creative Commons
Heilig by Alea Jacta is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.

3 comentarios:

  1. Las frases que hay por medio suenan a aleman ¿son de algun poema o himmno? Garbi tiene que ser una chica relativamente pequeña pues a traves de su perspectiva das a conocer el lector la vision del mundo en el que vive ¿es un mundo real o de ficción? (solo por curiosidad).

    La relación con el hermano me gusta mucho, si la historia continua creo que seria buena idea retomar este tema ya que el problema de esta parte del relato es sobretodo el espacio que dispones para relatarlo, es como si el capitulo de Juego de Tronos en el que Jon Nieve se despide de Arya Stark y se dirige al norte se resumiera en un par de lineas.

    Mola mucho, tengo ganas de leer mas

    ResponderEliminar
  2. Las frases son en efecto, en alemán. Pertenecen a una canción, que adjuntaré en la última parte del relato.
    EL problema es ese: la idea base es un relato corto, muy breve, basándose en la letra de la canción e ideas propias. En la segunda parte, Garbi ya es adulta, por ejemplo. Pero la idea es que, aunque en este relato pase algunas cosas por encima siendo la idea base la brevedad, retomarlas cuando termine el relato y quizá hacer algo más grande.
    Gracias por tus comentarios.

    ResponderEliminar